Seleccionemos los números 1, 3, 4, 6. Al realizar todas las posibles sumas de dos elementos, podemos ver que algunas de ellas se repiten, por ejemplo 1 + 6 = 3 + 4. Es fácil entender que cuanto más denso y numeroso sea nuestro conjunto, más difícil será evitar que haya sumas que se repitan muchas veces.
Los matemáticos están interesados en desvelar los misterios de los números naturales, algo en apariencia muy inocente pero de gran profundidad y dificultad.
Uno de los problemas más relevantes en esta teoría consiste en encontrar conjuntos con el mayor número posible de elementos, todos ellos menores que una cantidad dada, y en los que cada suma no se repita más de, digamos, 1.000 veces.
El problema se remonta a 1932, cuando Simon Sidon se lo planteó al joven estudiante Paul Erdös que quedó fascinado con la belleza del mismo y trabajó en él y en problemas relacionados durante mucho tiempo. Erdös fue uno de los matemáticos más prolíficos del siglo pasado y trabajó con cientos de colaboradores, hasta el punto de que en honor a él los matemáticos han establecido el "número de Erdös": si alguien escribió un artículo con Erdös tiene número 1, si escribió un artículo con alguien que trabajó con Erdös tiene número 2, y así sucesivamente. Sorprendentemente, la mayoría de matemáticos tiene un número de Erdös muy bajito, casi todos tienen un número inferior a 8. Leer mas...
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