Al leer una nota sobre el desarrollo de una nariz artificial, obviamente estamos esperando que diga que detecta todo tipo de olores… Y es así, esta sirve para detectar incendios, sustancias tóxicas, productos caducados, entre otros.
Sin embargo, su principal atractivo es su aplicación en investigaciones relacionadas a la detección de los estadios iniciales de enfermedades como el Alzheimer: Uno de los síntomas de este mal es la anosmia o ausencia del sentido del olfato, por lo que conocer el nivel de percepción de olores de un individuo puede ayudar a detectar la enfermedad.
Hasta el momento solo es posible hacerse una idea del nivel de olor de una persona a través de los datos reflejados en sus resonancias magnéticas, pero no eran datos exactos. Ahora, gracias a esta nariz artificial, será posible determinar “cuánto” huele un individuo.
El dispositivo, producto del trabajo del Grupo de Neurocomputación Biológica (GNB) de la Universidad Autónoma de Madrid, se conecta por USB a un PC al que llegan los datos sobre el nivel de olores percibidos por el paciente, y así el médico mide, a través de un software especialmente desarrollado, el grado de capacidad olfativa del paciente, con lo cual podrá diagnosticar distintas patologías. Leer mas...
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